lunes, 16 de agosto de 2010

Mayas


Mayas
El Cielo en la Tierra.
El Nuevo Sueño.
El Cielo en la Tierra.
Quiero que olvides todo lo que has aprendido en tu vida.
Este es el principio de
un nuevo entendimiento, de un nuevo sueño.
El sueño que vives lo has creado tú. Es tu percepción de la
realidad que puedes cambiar
en cualquier momento. Tienes el poder de crear el Infierno
y el de crear el Cielo.
¿Por qué no soñar un sueño distinto?
¿Por qué no utilizar tu mente, tu imaginación y tus emociones
para soñar el Cielo?
Sólo con utilizar tu imaginación podrás comprobar que suceden
cosas increíbles.
Imagínate que tienes la capacidad de ver el mundo con otros
ojos siempre que quieras.
Cada vez que abres los ojos, ves el mundo que te rodea de
una manera diferente.
Ahora, cierra los ojos, y después, ábrelos y mira.
Lo que verás es amor que emana de los árboles, del Cielo,
de la luz.
Percibirás el amor que emana directamente de todas las cosas,
incluso de ti mismo y de otros seres humanos. Aun cuando estén
tristes o enfadados,
verás que por detrás de sus sentimientos, también envían amor.
Quiero que utilices tu imaginación y la percepción de tus nuevos
ojos para
verte a ti mismo viviendo un nuevo sueño, una vida en la que no
sea necesario
que justifiques tu existencia y en la que seas libre para ser
quien realmente eres.
Imagínate que tienes permiso para ser feliz y para disfrutar
de verdad de tu vida.
Imagínate que vives libre de conflictos contigo mismo y
con los demás.
Imagínate que no tienes miedo de expresar tus sueños.
Sabes qué quieres,
cuándo lo quieres y qué no quieres. Tienes libertad para
cambiar tu vida
y hacer que sea como tú quieras. No temes pedir lo que
necesitas,
decir que sí o que no a lo que sea o a quien sea.
Imagínate que vives sin miedo a ser juzgado por los demás.
Ya no te dejas
llevar por lo que otras personas puedan pensar de ti.
de la opinión de nadie. No sientes la necesidad de controlar
a nadie y nadie te controla a ti.
Imagínate que vives sin juzgar a los demás, que los perdonas
con facilidad y
te desprendes de todos los juicios que sueles hacer.
No sientes la necesidad
de tener razón ni de decirle a nadie que está equivocado.
Te respetas a ti mismo y a los demás, y a cambio, ellos
te respetan a ti.
Imagínate que vives sin el miedo de amar y no ser
correspondido.
Ya no temes que te rechacen y no sientes la necesidad de
que te acepten.
Puedes decir: «Te quiero», sin sentir vergüenza y sin
justificarte.
Puedes andar por el mundo con el corazón completamente
abierto y sin el
temor de que te puedan herir.
Imagínate que vives sin miedo a arriesgarte y a explorar
la vida.
No temes perder nada. No tienes miedo de estar vivo en
el mundo y tampoco de morir.
Imagínate que te amas a ti mismo tal como eres.
Que amas tu cuerpo y tus emociones tal como son.
Sabes que eres perfecto tal como eres.
La razón por la que te pido que imagines todas estas cosas
es porque ¡son todas totalmente posibles!
Puedes vivir en un estado de gracia, de dicha, en el sueño
del Cielo. Pero para experimentarlo,
en primer lugar tienes que entender en qué consiste.
Sólo el amor tiene la capacidad de proporcionarte este
estado de dicha. Es como estar enamorado.
Flotas entre las nubes. Percibes amor vayas donde vayas.
Es del todo posible vivir de este modo permanentemente.
Lo es porque otros
lo han conseguido y no son distintos de ti. Viven en un
estado de dicha porque
han cambiado sus acuerdos y sueñan un sueño diferente.
Una vez que sientas lo que significa vivir en estado de dicha,
lo adorarás.
Sabrás que el Cielo en la Tierra existe de verdad.
Una vez que sepas que es posible permanecer en él, hacer el
esfuerzo para conseguirlo
sólo dependerá de ti. Hace dos mil años, Jesús nos habló
del reino de los Cielos,
del reino del amor, pero no había casi nadie preparado para
oírlo. Dijeron:
«¿A qué te refieres? Mi corazón está vacío, no siento el
amor del que hablas,
no siento la paz que tú tienes». Eso no es necesario. Sólo
imagínate que su mensaje
de amor es posible y descubrirás que es tuyo.
El mundo es precioso, es maravilloso. La vida resulta muy
fácil cuando haces del amor tu forma de vida.
Es posible amar todo el tiempo sí uno elige hacerlo. Quizá
no tengas una razón para amar,
pero si lo haces, verás que te proporciona una gran felicidad.
El amor en acción sólo genera
felicidad. El amor te traerá paz interior. Cambiará tu percepción
de todas las cosas.
Puedes verlo todo con los OJOS del amor. Puedes ser consciente
de que el amor te rodea por
todas partes. Cuando vives de esta manera, la bruma de tu mente
se disipa. El mitote desaparece para siempre.
Esto es lo que los seres humanos hemos buscado durante siglos.
Durante miles de años hemos
buscado la felicidad, que es el paraíso perdido. Los seres
humanos nos hemos esforzado mucho
por alcanzarla, y esto forma parte de la evolución de la mente.
Este es el futuro de la humanidad.
Esta forma de vida es posible y está en tus manos. Moisés
la llamó la Tierra Prometida,
Buda la llamó el Nirvana, Jesús la llamó el Cielo y los
toltecas la llaman el Nuevo Sueño.
Por desgracia, tu identidad está mezclada con el sueño
del planeta. Todas tus creencias y
tus acuerdos están ahí, en la bruma. Sientes la presencia
del parásito y crees que eres tú.
Esto dificulta tu liberación: dejar marchar al parásito y
crear un espacio para experimentar el amor.
Estás vinculado al Juez y a la Víctima. Sufrir hace que te
sientas seguro porque es algo que
conoces a la perfección.
Pero, en realidad, no hay razón para sufrir. La única razón por
la que sufres es porque eliges hacerlo.
Si examinas tu vida, descubrirás muchas excusas para sufrir,
pero no encontrarás una buena razón para hacerlo. Lo mismo
ocurre con la felicidad.
La única razón por la que eres feliz es porque eliges serlo.
La felicidad, igual que el sufrimiento,
es una elección.
Tal vez no podamos escapar del destino del ser humano,
pero podemos elegir entre sufrir
nuestro destino o disfrutar de él, entre sufrir o amar y
ser feliz, entre vivir en el
Infierno o vivir en el Cielo. Mi elección personal es
vivir en el Cielo. ¿Y la tuya?

Los CUATRO ACUERDOS
Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el
sur de México como «mujeres y hombres de conocimiento».
Los antropólogos han definido a los toltecas como una
nación o una raza, pero, de hecho, eran científicos y
artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar
el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados.
a conquista europea, unida a un agresivo abuso del poder
personal por parte de algunos aprendices, hizo que los
naguales se vieran forzados a esconder su sabiduría
ancestral y a mantener su existencia en la oscuridad.
Por fortuna, el conocimiento esotérico tolteca fue
conservado y transmitido de una generación a otra por
distintos linajes de naguales. Ahora, el doctor Miguel Ruiz,
un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, comparte
con nosotros las profundas enseñanzas de los toltecas.
«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres
es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás
muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida.
Lo mismo es aplicable a la felicidad.
La única razón por la que eres feliz es porque tú decides
ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo
es el sufrimiento».
Dr. Miguel Ruiz
Extracto del libro: Los Cuatro Acuerdos.
Un libro de sabiduría tolteca Dr. Miguel Ruiz